En los últimos tiempos el deportista aficionado ha adoptado entrenamientos del profesional y está participando de pruebas cada vez más desafiantes. El 3 de agosto Gustavo Alfaro se convirtió en el primer pergaminense en completar un ultramaratón de 100 kilómetros. Fue en Carlos Casares y el protagonista compartió sus vivencias en la siguiente nota.
Gustavo Alfaro se propuso un importante desafío y lo pudo concretar.
Por Carlos Garat.
Para la redacción de LA OPINION
Los deportes que otrora eran exclusivos para atletas profesionales han atraído siempre a los amateurs, pero antes sólo como espectadores. Ultimamente el aficionado ha adoptado el entrenamiento de los profesionales y está participando de pruebas cada vez más desafiantes. Tal es el caso de los triatletas con el Ironman, los ciclistas con las carreras de mountain bike y de los corredores a pie con las maratones, ultramaratones y carreras de trail.
En 1984 en Capital Federal se realizó el primer maratón de 42,195 kilómetros en nuestro país y sólo participaron 18 corredores. Cuando 3 ó 4 años más tarde Eduardo Foster corría su primer maratón ya eran más de 600 los participantes en la prueba, este año fueron más de 9.000 y entre ellos una veintena o más fueron pergaminenses. Si bien no llevo un registro actualizado, seguramente ya debemos superar el centenar de corredores locales que hemos corrido al menos una carrera de esa distancia. Desde fines del siglo XIX el maratón de 42 kilómetros ha sido la prueba máxima del atletismo, siendo soñada como algo casi inalcanzable.
Hoy sin embargo con el auge de las carreras y la accesibilidad a las mismas, cada vez son más los que una vez alcanzado ese logro, desean trascender el límite de los 42 kilómetros Pergamino no es la excepción, hace años Mariel Herrera y Susana Lépore participaron de un ultramaratón de 100 kilómetros y si bien Mariel corrió 90 kilómetros y Susana 60 dejaron sentado que las damas también pueden correr esas distancias siendo ellas las pioneras en superar los 42 kilómetros de un maratón en una prueba certificada. Posteriormente, en 2008 fue Aldo Mandelli, en Cascallares, el primero de nuestra ciudad en completar un ultramaratón de 50 kilómetros. Y no sólo eso, poco tiempo después realizó su segundo ultra también de 50 kilómetros.
Hoy ya tenemos al primer pergaminense en realizar el 3 de agosto un ultramaratón de 100 kilómetros en nuestro país, se trata de Gustavo Alfaro que si bien hace muchos años que corre pruebas de 10 kilómetros cuando comenzó yendo a algunas carreras por invitación de Angelito Naím y Pupa, tiene realizadas algunas de 21 kilómetros y sólo una de 42 kilómetros. No obstante como le gustan los grandes desafíos, se propuso uno de nada menos que ¡100 kilómetros corriendo! Gustavo nos transmite su experiencia:
“Comencé a entrenar específicamente para el ultra sólo tres meses y medio antes de la prueba. Mi entrenadora fue Elba Labbate a quien le estoy muy agradecido y el compañero de muchos entrenamientos fue Daniel Segovia con quien solía hacer los entrenamientos largos, porque debido a las limitaciones de tiempo entrenaba dos veces de lunes a viernes distancias de 7 a 8 kilómetros y los fines de semana realizaba los largos comenzando el primer mes con 25 kilómetros para terminar con entrenamientos de 50, 60 y 67 kilómetros antes de la prueba. Estos entrenamientos los hacía con sol, con lluvia, con frío, con calor, es decir salía siempre, me levantaba a las 5:30 y salía.
“La carrera en sí fueron 40 vueltas a un circuito de 2,5 kilómetros en las afueras de Carlos Casares nada fácil, para aumentar las dificultades era arbolado con mucha sombra, el día de la prueba la temperatura estaba alrededor de los 3º C, además había 4 lomos de burro que cuando llevábamos 60 kilómetros corriendo parecían montañas y estaba entre una discoteca y el cementerio. Por suerte, gran parte de la prueba la hice con Darío un corredor de Carlos Casares con quien nos alentábamos mutuamente y también un uruguayo que me aconsejó cómo alimentarme y correr al mismo tiempo. A partir de eso comencé a alimentarme y tomar algo en los dos puestos que había a cada extremo del circuito y en la mitad donde estaba mi mujer con mi nena, ella me proveía de líquidos y comida.
“Así fuimos hasta el kilómetro 70, yo venía corriendo de acuerdo a lo previsto a 6 minutos el kilómetro. Luego de eso empecé a sentir el esfuerzo y si bien venía sin sufrir, me cambié las medias y las plantillas porque donde más sentía el golpe era en los pies. Perdí un poco el ritmo finalizando en 11 horas y 47 minutos. La última vuelta la hice llorando de emoción, tanto que mi hijita preocupada me preguntaba qué me pasaba. Pero no se lo podía explicar, es indescriptible esa sensación de felicidad que te invade, cuando ves el último retome.
“Por suerte para esta carrera me olvidé el reloj, en cambio cuando hice los 42 kilómetros sufrí mucho porque iba muy pendiente del tiempo y me costó. En cambio acá disfruté de la gente que nos alentaba siempre con el pensamiento puesto en llegar, si bien tenía miedo a sufrir alguna contractura pero no ocurrió y así a esta la disfruté mucho sin dudas. Tengo que agradecer mucho también a mi familia que cuando uno encara estas cosas debe sacrificar otras, pero estuve siempre muy apoyado por mi señora, que es ciclista y también le gusta mucho el deporte sano como a mí”.
Con la modestia y la humildad que lo caracteriza, Gustavo Alfaro nos relató sus vivencias de una hazaña deportiva reservada sólo para unos pocos elegidos, pero que seguramente no será la última, porque si bien no quiso dar detalles está proyectando un nuevo desafío para el año próximo; veremos con qué nos sorprende.
Fuente: La Opinion de Pergamino